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CHARLES HADDON SPURGEON EL PRINCIPE DE LOS PREDICADORES 1834-1892

CHARLES HADDON SPURGEON EL PRINCIPE DE LOS PREDICADORES  1834-1892

LOS AÑOS DE FORMACIÓN

La biografía del más notable predicador del siglo diecinueve, Charles Haddon Spurgeon.

Spurgeon nació en Kelvedon, Essex, el 19 de Junio de 1834. Fue convertido a Cristo en una visita inesperada, debido a una tremenda tormenta de nieve, a una capilla metodista ubicada en Artillery Street, Colchester, el día 6 de Enero de 1850. Recibió el bautismo por inmersión en el río Lark, en Isleham, el día 3 de Mayo de 1850. Predicó durante unos meses en los campos alrededor de la ciudad de Cambridge. Muy pronto se convirtió en Pastor de la Capilla Bautista de Waterbeach, en 1852. Un año más tarde aceptó una invitación para predicar en una iglesia de mucha tradición, ubicada en New Park Street, Londres.

Charles fue el primogénito de diecisiete hijos. Cuando sólo contaba con dieciocho meses de edad, su padre fue a vivir a Colchester donde se encargaba de la contabilidad de un comercio de carbón. Mientras llevaba registros contables ejerció el pastorado de una iglesia independiente en una ciudad cercana llamada Tollesbury. Charles fue enviado a vivir con su abuelo en la localidad de Stambourne. El abuelo también era un pastor devoto, santo y digno de una iglesia independiente. Durante la semana era agricultor y los domingos predicaba. Hizo esto durante cincuenta años.

Desde muy temprana edad, Charles leyó los libros de teología de su padre y de su abuelo. Cuando tenía once años de edad asistió a una escuela en Colchester y más tarde pasó dos años en una escuela de Maidstone. Posteriormente se convirtió en ayudante de maestro en una escuela de Cambridge, y seguramente hubiera sido admitido a la Universidad de Cambridge si se hubiera permitido la entrada a los no-conformistas. En lugar de convertirse en un estudiante, enseñó en una escuela en esa famosa ciudad universitaria.

Spurgeon nunca asistió a ninguna escuela teológica. En una ocasión se le había concedido una cita con el director de un prestigiado seminario, pero por una equivocación de una sirvienta que olvidó informarle a Spurgeon que el director lo esperaba en un salón contiguo, la entrevista nunca se realizó.

En ese entonces ya era Pastor en Waterbeach y su congregación había crecido de un puñado de miembros hasta contar con más de cuatrocientos. Su primer sermón, cuando contaba con sólo dieciséis años de edad, había sido bendecido en Teversham. Fue en la casa de unos campesinos, y continuó predicando hasta que fue a Waterbeach. Durante dos años, la capilla de esa localidad tuvo que ampliarse sustancialmente para albergar a todos los que querían escucharlo. Venían de lejos para oír sus sermones.

Un día le correspondió ser un conferencista especial para un evento de la Unión de Escuelas Dominicales en Cambridge. Un tal señor George Gould participaba en la reunión y después de escucharlo recomendó de manera especial a Spurgeon a su amigo Thomas Olney, un diácono de la Capilla New Park Street, en Londres. Después de cuatro visitas a la Capilla New Park Street, Spurgeon aceptó la invitación para fungir como ministro bajo prueba durante seis meses. En unas pocas semanas y después de una reunión especial de la iglesia, se le pidió a Spurgeon que fuera su pastor permanente. En Abril de 1854 se convirtió en el pastor de New Park Street Chapel.

Muy pronto la capilla no pudo albergar a la creciente congregación. Esa capilla no había visto tanta bendición en muchos años. La influencia de un padre y de un abuelo piadoso, de una madre llena de oración, de las obras de los autores puritanos de los que se rodeaba siempre (y que devoraba con avidez) y de la educación que recibió de un perceptivo director de escuela (a una temprana edad podía leer Latín, Hebreo y Griego) todo esto contribuyó, durante los años formativos de su vida, para que Charles Haddon Spurgeon se convirtiera en el Príncipe de los Predicadores, primero en la Capilla New Park Street, y luego en el Tabernáculo Metropolitano que él mismo construyó.

1855
“Agárralos vivos a todos”

En este año encontramos a Spurgeon totalmente establecido en Londres y gozando de una popularidad creciente. Algunos sermones ocasionales, publicados de manera individual, habían abierto el apetito del público cristiano, por lo que se propuso publicar un sermón semanal, bajo el título El Púlpito de la Capilla New Park Street. En esta nueva aventura recibió toda la cooperación de Joseph Passmore, un joven impresor y editor que era miembro de la iglesia que se congregaba en la Capilla New Park Street, en Southwark, Londres. Se desarrolló entre ellos una amistad que duró toda la vida.

Debido al constante crecimiento de la congregación, se tuvo que tomar dos medidas: la antigua Capilla de New Park Street fue ampliada, y mientras las obras de ampliación se llevaban a cabo, se utilizó el salón de Exeter Hall, para los servicios de adoración. El primer servicio en el Exeter Hall tuvo lugar el día 11 de Febrero de 1855, y multitudes de personas se congregaron ese día, con sus Biblias en la mano y el himnario del Doctor Rippon bajo el brazo. Los caricaturistas de los periódicos se pusieron a trabajar de inmediato, y dos caricaturas favoritas fueron “el señor Azufre” y “agárralos vivos a todos.”

El primer domingo de Junio de 1855, la congregación regresó a la ahora ampliada Capilla en New Park Street. Le cabían 300 personas más que antes, ¡pero resultó que todavía era muy pequeña para las multitudes que se congregaban!

En ese mismo mes, Spurgeon cumplió veintiún años, y predicó sobre Santiago 4: 14, “¿Qué es tu vida?” Este sermón se publicó bajo el título de Cuadros de la Vida, y tuvo una gran acogida por el público.

En el mes de Julio Spurgeon viajó a Escocia y tuvo mucho éxito predicando en las ciudades del norte de Inglaterra en su camino a Escocia. Predicó en Edinburgo, Glasgow y otras ciudades escocesas. Atrajo a sus veintiún años las más grandes multitudes en la historia de ese país, que venían a escucharlo con mucho interés. En Glasgow, por ejemplo, 20,000 no pudieron entrar al lugar donde predicaba Spurgeon.

En la última noche de 1855, la Capilla de New Park Street estaba llena a reventar para el servicio de vigilia, cuando Spurgeon predicó sobre Lamentaciones 2: 19: “Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias.” Muchas personas fueron convertidas durante este servicio que tuvo lugar a la medianoche.

1856
CONTROVERSIA Y CONFESIÓN

Spurgeon inició el año 1856 predicando sobre el texto que había resultado en su propia conversión en Colchester: “Mirad a mí, y sed salvos” (Isaías 45: 22). En ese mismo mes (Enero) se casó con la señorita Susannah Thompson, y la boda fue dirigida por el doctor Alexander Fletcher de la Capilla Finsbury. Dos mil personas batallaron con el severo frío para testimoniar la ceremonia. Sin embargo, una buena parte de ellos no pudo entrar al templo. Después de una brevísima luna de miel, Spurgeon comenzó a predicar de nuevo en la Capilla de New Park Street el día 20 de Enero.

En Febrero Spurgeon predicó a favor de la Unión de Escuelas Dominicales de West Kent sobre “Venid, hijos” (que más tarde se publicó en forma de libro).

La primera de muchas controversias ocurrió en esta época, y es conocida como la “Controversia del Riachuelo,” y fue motivada por un volumen de himnos que había sido publicado por Thomas Toke Lynch. Su título: Himnos para el Corazón y para la Voz, El Riachuelo. Desde el punto de vista de Spurgeon, muchos de los himnos eran simplemente “poemas de la naturaleza” y carecían de una clara verdad evangélica.

Spurgeon publicó una nueva edición de La Confesión Bautista de Fe de 1689 y él mismo escribió un Prefacio para la edición. Él admiraba grandemente este resumen de lo que los “padres” de la denominación creían.

En el mes de Mayo visitó Stambourne y las escenas de su niñez. Predicó en ese lugar los servicios del jubileo celebrando el largo ministerio de su abuelo, y su texto fue Isaías 46: 4 “Y hasta la vejez yo mismo…”

Puesto que la Capilla de New Park Street era todavía demasiado pequeña aun después de la ampliación, se acordó una segunda serie de servicios en el Exeter Hall en el mes de Junio de 1856. Más o menos por esas fechas Spurgeon decidió entrenar para el ministerio a T. W. Medhurst, y así dio principio el Pastor’s College, que continúa activo al día de hoy bajo el nombre de Spurgeon’s College. Las clases comenzaron en la propia casa de Spurgeon con ese único alumno, y más tarde se trasladaron a uno de los salones del Tabernáculo Metropolitano. Posteriormente se contruyó un edificio destinado al entrenamiento de pastores.

Debido a que el Exeter Hall no aceptaba contratos a largo plazo, Spurgeon tuvo que rentar el Royal Surrey Gardens Music Hall. En ese lugar podía predicar a más de 12,000 personas cada domingo. La noche del domingo 19 de Octubre fue el primer día de su predicación allí. El edificio estaba densamente saturado (se calcula que había 20,000 personas que habían asistido). Algunas personas mal intencionadas gritaron “¡fuego!” durante el servicio, y luego añadieron “¡los balcones se están cayendo!” El pánico cundió y la gente huyó en una estampida en la que murieron siete personas y otros muchos quedaron heridos.

Spurgeon quedó grandemente conmovido por esta tragedia y se piensa que nunca se recobró realmente de sus efectos. No pudo predicar durante algún tiempo; sin embargo, los servicios fueron resumidos después de unas tres semanas. A partir de ese momento reinaron el orden y la reverencia y muchas personas fueron convertidas.

1857
Un Ministerio de Mayor Alcance

Este año comenzó con una nota triste para Spurgeon. Su viejo amigo Richard Knill de Chester murió el 2 de Enero de 1857. Este amigo, cuando Spurgeon era todavía un niño, había afirmado proféticamente que Spurgeon llegaría a ser un gran predicador. Knill había hecho imprimir más folletos que nadie: entre seis y siete millones distribuidos en Inglaterra y siete millones en los Estados Unidos.

Los servicios continuos en el Royal Surrey Gardens Music Hall comenzaron a agotar a Spurgeon. En una ocasión, en el mes de Febrero, su espléndida voz falló, estando presente en la reunión un obispo de la Iglesia de Inglaterra. Muchas personas de la alta sociedad asistían a estos servicios, incluyendo a Lord Palmerston, el doctor Livingstone, la Princesa Real, la duquesa de Sutherland, y Lady Franklin, viuda del explorador del Ártico. Mucha gente no alcanzaba espacio para entrar, y un día como el 17 de Mayo de ese año, más de mil personas se tuvieron que quedar fuera.

Se iniciaron reuniones en Londres para el expreso propósito de allegar fondos para la construcción de un nuevo Tabernáculo. Inicialmente se había estimado que se requerirían 12,000 libras esterlinas, pero pronto se descubrió que estos fondos serían insuficientes, y que se necesitarían 20,000 libras esterlinas.

Algunos de los compromisos ministeriales de Spurgeon en esta época fueron memorables, y tenían lugar al aire libre, en campos abiertos así como también en ciudades congestionadas. Esto nos lleva a recordar al gran modelo que Spurgeon siempre tuvo frente a sí, George Whitefield. Uno de estos servicios tuvo lugar en un pequeño pueblo en las cercanías de Cambridge, llamado Melbourne, donde se congregaron 1,100 personas para escuchar el Evangelio. Estos servicios al aire libre atraían a las clases trabajadoras pero también a las élites.

El más asombroso servicio de ese año tuvo lugar el día 7 de Octubre cuando Spurgeon predicó en el Palacio de Cristal (Crystal Palace) en un día destinado a la humillación y a la oración por causa del Motín de la India. En ese servicio se cantó el Coro del Aleluya de Händel. Asistieron 23,654 personas.

Hacia fines de 1857 se publicó el primer libro escrito por Spurgeon: El Santo y Su Salvador. Spurgeon vendió los derechos de autor del libro por 50 libras esterlinas, y por tanto perdió una gran cantidad de dinero que pudo haber cobrado como regalías. El libro fue escrito principalmente “para la familia del Señor,” pero hay muchos pasajes en él destinados al lector inconverso.

1858
El Interés Americano

El año de 1858 fue notable por muchas razones. Los astrónomos observaron un nuevo cometa; ocurrió un eclipse de sol casi total; y brotó en los Estados Unidos un poderoso avivamiento espiritual. De la misma manera, en Inglaterra, los servicios que tenían lugar en el Surrey Gadens Music Hall recibían más bendición que antes. La membresía de la Capilla New Park Street crecía aceleradamente. En ese año se agregaron 231 nuevos miembros.

Spurgeon estaba generando un mayor interés que antes en los Estados Unidos. Sus sermones alcanzaban inmensas ventas.

El siete de Abril de ese año, Spurgeon visitó Halifax donde ocurrió un desastre similar al que sucedió en el Music Hall en 1856. Un número de tablones de una estructura provisional, construida para la visita de Spurgeon, cedió, y la estructura se derrumbó. No murió nadie, pero sí hubo muchos heridos. La nieve y fuertes vientos causaron esta vez el daño.

Spurgeon predicó por primera el sermón anual para la Sociedad Misionera Bautista, y la asistencia y la ocasión sobrepasaron todo lo conocido en la historia de esa denominación. Fue la primera de muchas predicaciones para esa Sociedad. El servicio tuvo lugar en el Music Hall, y el edificio estaba densamente abarrotado, mucho antes que el servicio comenzara.

El 11 de Junio, Spurgeon predicó en el Hipódromo de Epson. Casi inmediatamente después visitó Irlanda, con el mismo éxito que había obtenido en su visita a Escocia en 1855.

En Septiembre pudo darle la buena noticia a su congregación que se había podido comprar el terreno en Elephant and Castle para la construcción del nuevo Tabernáculo Metropolitano. Su costo fue de cinco mil libras esterlinas.

Sin embargo, en Octubre de ese año, Spurgeon enfermó seriamente por primera vez desde su llegada a Londres, y durante un mes no pudo predicar. Pero el año tuvo un final feliz, y los servicios continuaron en el Music Hall. Se llevó a cabo una reunión en la Capilla New Park Street en la que se reportó que se habían reunido 10,000 libras esterlinas para la construcción del Tabernáculo Metropolitano.

1859
La Colocación de la Primera Piedra del Tabernáculo

El año de 1859 comenzó con una conferencia por parte del gran predicador, en lugar de un sermón. Dándole un título en latín, De Propaganda Fide (La Propagación de la Fe), Spurgeon pronunció su conferencia en el Exeter Hall para la Asociación de Hombres Jóvenes Cristianos. Habló sin tapujos acerca de muchos temas, ¡incluyendo la moda de las mujeres!

Por esta época, Spurgeon esperaba poder realizar una gira por los Estados Unidos de América, habiendo recibido inclusive un ofrecimiento de 10,000 dólares para que predicara cuatro sermones en el Music Hall de Nueva York. La gira tuvo que posponerse. Sin embargo, el Príncipe de los Predicadores nunca visitó personalmente los Estados Unidos.

En el mes de Febrero regresó nuevamente a Escocia, teniendo reuniones durante dos semanas en Edinburgo y Glasgow, y el día primero de Marzo predicó en el Tabernáculo de Whitefield en Moorfields a favor de la Misión de la Ciudad de Londres.

En el mes de Junio, un hombre fue golpeado por un rayo y murió en Clapham, cuando se resguardaba de una tormenta eléctrica bajo un árbol. Con el objeto de enfatizar lo inesperado de la muerte, Spurgeon predicó bajo ese mismo árbol el día 10 de Julio, habiendo asistido unas diez mil personas. Se hizo una colecta a favor de la viuda de aquel hombre.

Unos servicios preliminares a la puesta de la primera piedra del Tabernáculo, tuvieron lugar el día 15 de Agosto en la Capilla New Park Street. Uno de los predicadores durante esos servicios fue el propio padre de Spurgeon.

La ceremonia para la colocación de la primera piedra tuvo lugar el día 16 de Agosto, y fue llevada a cabo por Sir Samuel Morton Peto. Se colocó sobre esa piedra un cheque anónimo por la cantidad de 3,000 libras esterlinas. Tres mil personas asistieron a esa ceremonia. El alcalde de Londres participó en la ceremonia.

Éste era el sexto año de Spurgeon en la ciudad de Londres, y descubrió que los directores del Surrey Gardens Music Hall alquilaban el local los domingos por la noche, para conciertos. Inmediatamente anunció su intención de descontinuar allí sus propios servicios los domingos por la mañana. Los directores pronto se dieron cuenta de su error. No sólo sufrieron pérdidas financieras, sino que el propio edificio se quemó y fue destruido hasta los cimientos en Junio de 1861.

Al modo de Wesley y de Whitefield, Charles Spurgeon continuó su predicación al aire libre, por los campos de los alrededores. En Octubre, 4,000 personas escucharon predicar a Spurgeon sobre, “Venid a mí,” en un prado de Carlton, Bedfordshire.

Por estas fechas, los sentimientos de Spurgeon en contra de la esclavitud se hicieron ampliamente conocidos y en una reunión nocturna llevada a cabo el día 8 de Diciembre, Spurgeon invitó a John Andrew Jackson, un esclavo fugitivo originario de Carolina del Sur, USA, a que subiera al púlpito con él. Esto hizo que perdiera mucho del apoyo que recibía de los Estados Unidos, y afectó la venta de sus sermones en aquel país.

Durante 1859 se agregaron 217 nuevos miembros a la congregación de la Capilla New Park Street.

1860
Consiguiendo Fondos

En 1860 Spurgeon dirigió los servicios en Exeter Hall en lugar del Surrey Gardens Music Hall.

La construcción del Tabernáculo iba progresando y en el mes de Abril de este año se tuvo una reunión en la Capilla New Park Street para seleccionar nuevos métodos para conseguir más fondos. Se necesitaban doce mil libras esterlinas adicionales para que el edificio pudiera ser terminado libre de deudas.

En Mayo Spurgeon visitó Gales del Sur y predicó a 20,000 personas que se reunieron al aire libre en un campo en Abercarn. El Lord-Lieutenant de Monmouthshire estaba presente en medio de muchas personalidades, que además incluían a Lord y Lady Tredegar con su familia y Lord y Lady Llanover con su familia.

Spurgeon había pasado ya siete años en Londres, y ciertos signos de severa fatiga comenzaban a ser visibles. Spurgeon había estado predicando un promedio de diez sermones a la semana a congregaciones que en su conjunto sumaban 30,000 personas. Con el objeto que pudiera obtener algún descanso, se coordinó una gira por el continente europeo para el mes de Junio.

A su regreso de la gira, el día 29 de Julio predicó otra vez, con renovado vigor, en Exeter Hall. El mes siguiente dio una conferencia acerca de su gira por Europa y se recogieron 1,000 libras esterlinas destinadas a complementar los fondos para la construcción del Tabernáculo.

En Septiembre predicó en la localidad de Holyhead a más de 5,000 personas incluyendo a muchos miembros de la nobleza.
Este año finalizó con el nombramiento que recibió Spurgeon como co-editor de la revista The Baptist Magazine (La Revista Bautista). Este año se sumaron en total 207 personas a la membresía de la Capilla New Park Street.

1861
Se Termina la Construcción del Tabernáculo Metropolitano

La Construcción del Tabernáculo Metropolitano estaba llegando a su fin a principios de 1861. Spurgeon sólo contaba con 25 años de edad pero los periódicos ya lo describían como “el gran predicador de la época.” Predicaba por todas partes de su nación incluyendo: Sunderland, York, Leeds, Newcastle, Carlisle, Edinburgo, Glasgow, Aberdeen. Estos eran sólo algunos de los lugares que visitaba.

A finales de Marzo se concluyó la construcción del Tabernáculo. El primer sermón que Spurgeon predicó allí, fue una exposición de Hechos 2: 42. La colección de sermones conocida ahora como El Púlpito de New Park Street llega a su fin, para dar paso a una colección de sermones conocida como El Púlpito del Tabernáculo Metropolitano. Las celebraciones de apertura tuvieron una duración de 5 semanas. Varias predicaciones sobre las Doctrinas de la Gracia fueron expuestas por el propio Spurgeon y por otros predicadores invitados. Estas Doctrinas de la Gracia fueron el cimiento del ministerio de Spurgeon durante los 31 años que predicó en el Tabernáculo Metropolitano.

Muy pronto después de los servicios de apertura del Tabernáculo, se agregaron muchos nuevos miembros. El total de miembros ya sumaba 1,900 personas.

Spurgeon visitó Gales durante el verano de este año y 10,000 personas asistieron para escucharlo en un servicio. Se comentó allí que si Spurgeon hubiera tenido un solo ojo, habría competido exitosamente con el propio predicador local de Gales, el gran Christmas Evans.

El 19 de Agosto se celebró en el Tabernáculo el centenario del nacimiento de William Carey. Spurgeon habló de Carey como un ejemplo para los jóvenes.

También en el mes de Agosto ocurrió un accidente de trenes en el Túnel Clayton camino a Brighton. En Septiembre ocurrió otro desastre ferroviario cuando un grupo de paseantes viajaba a la costa del sur. Spurgeon negó que esto fuera un juicio divino. El sermón es el No. 408, titulado “Accidentes, No Castigos” que pronto será incorporado a este sitio web.

En el mes de Octubre de este año Spurgeon inició una serie de conferencias en el Tabernáculo. Estas conferencias tenían lugar los viernes por la noche, y atraían a grandes multitudes pero también las críticas hostiles de la prensa nacional.

Spurgeon predicó un sermón (No. 426) con motivo del fallecimiento del Príncipe Consorte de la Reina de Inglaterra.

Los sermones impresos de Spurgeon aumentaban en popularidad de manera consistente. Durante el año 1861 se distribuyeron 200,000 sermones impresos en las Universidades de Oxford y Cambridge, y salió a luz una edición alemana que se expuso en la Feria del Libro de Leipzig. Muchos periódicos de Estados Unidos reproducían íntegramente estos sermones cada semana.

1862
El Colegio del Pastor

Como un resultado de la abolición del impuesto sobre el papel, se pudo usar un tipo de letra más grande en las impresiones de los sermones, y el número de páginas por sermón aumentó de ocho a doce.

El octavo volumen de los sermones, correspondiente a este año, contiene predicaciones muy importantes de Charles Haddon Spurgeon, con ocasión de ciertos desastres nacionales. En el mes de Enero, más de doscientos mineros murieron en un desastre ocurrido en una mina de carbón (Sermón No. 432). Más tarde en ese año, las condiciones económicas se tornaron graves en Lancashire, debido a la falta de suministro de algodón como materia prima. Pronto se convirtió en una calamidad nacional y Spurgeon no sólo se refirió a ella desde el púlpito, sino que realizó colectas en el Tabernáculo Metropolitano para ayuda en la crisis, y cerca de 700 libras esterlinas fueron reunidas.

Este año fue otro año muy bueno para el Colegio del Pastor. Más de 20 estudiantes recibían entrenamiento para el ministerio cristiano, y otros 150 estudiantes asistían a clases nocturnas como estudiantes de tiempo parcial. A fines de ese año había 39 estudiantes de tiempo completo. Spurgeon creía con mucha convicción que el Colegio era la obra más importante de su vida, después de la predicación del Evangelio. Como el Colegio todavía no contaba con un edificio propio, las clases tenían lugar en algunos salones del Tabernáculo.

En la primavera de ese año, ocurrieron dos incidentes interesantes. La tumba de Juan Bunyan en Bunhill Fields fue restaurada y Spurgeon asistió a la ceremonia acompañado con el Conde de Shaftesbury. Spurgeon habló de Bunyan como predicador, autor y persona sufriente. Allí comentó que valoraba más La Guerra Santa que El Progreso del Peregrino.

También en el mes de Mayo le dio la bienvenida al Tabernáculo Metropolitano al doctor Merle D’Aubigne, el famoso historiador de la Reforma. Dicho doctor predicó en el Tabernáculo la mañana del 18 de Mayo de este año. El 27 de Mayo tuvo lugar una reunión en la que participaron 1,000 no-conformistas que partían para Nueva Zelanda. Spurgeon predicó y los exhortó para que fueran cargados plenamente de sólida doctrina sobre la elección y la perseverancia, así como con piernas muy fuertes para su labor de predicar el Evangelio.

En el mes de Septiembre, 10,000 personas escucharon al “Príncipe de los Predicadores” predicar al aire libre en Cheddar Cliffs. Spurgeon estaba de espaldas a una roca y uno puede imaginar el deleite del gran predicador al cantar “Roca de la Eternidad” antes de predicar su sermón.

Las conferencias de los viernes por la noche continuaban atrayendo a grandes audiencias, especialmente una conferencia que trató sobre George Fox, el fundador de la Sociedad de Amigos.

El año terminó con una nota triste. Un de los predecesores de Spurgeon en la Capilla de New Park Street, James Smith, falleció. Spurgeon resumió la obra de su amigo de una manera típica: “El suyo fue ministerio convertidor.”

1863

Las Traducciones de los Sermones

Spurgeon ya había sido durante dos años co-editor de La Revista Bautista. A principios de 1863 renunció a esta responsabilidad con la esperanza de iniciar una “revista más barata, que enseñe la verdad y denuncie el error,” pero no fue sino hasta dos años después que la revista La Espada y la Paleta (cuchara de albañil) cobró vida.

Por estas fechas un promedio de 9 nuevos miembros se incorporaban al Tabernáculo Metropolitano cada semana. Durante 1863, 311 personas fueron bautizadas por inmersión, 116 se incorporaron provenientes de otras iglesias, para un total de 427 personas. El número total de miembros ascendía a 2,517 personas que convirtieron al Tabernáculo Metropolitano en la iglesia cristiana más grande del mundo de esa época. Entre los bautizados de ese año se encontraba Sir Arthur Blackwood de la Oficina de Correos. Desde que se convirtió en pastor de esa iglesia, Spurgeon había bautizado a 3,000 personas.

El Colegio del Pastor continuó prosperando, y entre sus estudiantes se encontraban 3 judíos y varios metodistas primitivos. El Colegio que había dado inicio siete y medio años antes contaba con 66 estudiantes. Las clases nocturnas atraían a 200 estudiantes de medio tiempo.

Los sermones impresos tenían gran demanda. Se leían en África Central, las Islas Bahamas y Nueva Zelanda, y eran traducidos al alemán, al holandés, sueco, francés y al italiano. Se habían estado publicando ya durante ocho años (incluyendo los seis volúmenes del Púlpito de la Capilla New Park Street) y se vendía más de un millón de copias por año.

El gran evento del año fue la gira que hizo Spurgeon para predicar en Holanda. Partió el 21 de Abril y tenía el objetivo de predicar dos y hasta tres veces por día en pueblos, en ciudades y a los estudiantes universitarios. Le dio la bienvenida en suelo holandés un alto oficial de la Corte, el Barón van Wasnaer y pocos días después fue recibido por la Reina de Holanda en el Palacio Real y su entrevista duró una hora.

Predicó en Leyden, en Amsterdam, en la Universidad y en la Catedral de Utrecht y en Rotterdam.

En el verano de ese año visitó Cambridgeshire, y naturalmente visitó la escena de su primer pastorado: Waterbeach. Esa iglesia continuaba creciendo de manera consistente y se le pidió a Spurgeon que pusiera la primera piedra de la capilla que se construiría en el mismo sitio. En esa ceremonia participaron casi 2,000 personas. Spurgeon donó 120 libras esterlinas para su construcción y un diácono del Tabernáculo Metropolitano le presentó una cuchara de albañil de plata como elemento conmemorativo.

En el mes de Agosto Spurgeon visitó nuevamente Escocia, gira que combinaba el descanso con sus compromisos de predicar. Su mayor deleite fue visitar a su primer estudiante, convertido ahora en el Reverendo T. W. Medhurst, quien se había establecido recientemente en una iglesia en Glasgow.

Además de sus “giras” de predicación, Spurgeon tenía compromisos de predicar normalmente en cualquier día de la semana. Durante 1863 le predicó a 6,000 personas en Birmingham, a 3,400 en Dudley, y a 3,000 en Wolverhampton. Sin embargo, nunca descuidaba los pueblos pequeños y a menudo se le podía ver y escuchar predicando en un campo al aire libre o en el establo de algún granjero.

Sus biógrafos describen este año de 1863 como “un año de progreso y muy satisfactorio en todo sentido.”

Toda esta bendición y prosperidad prevalecieron durante un año de grandes controversias. El volumen de sermones del “Púlpito del Tabernáculo Metropolitano” correspondiente al año de 1864 es uno de los más importantes de toda la colección que contiene 56 volúmenes. La razón es que incluye sermones sobre La Regeneración Bautismal, Niños Traídos a Cristo y no a la Pila Bautismal, El Libro de la Oración Común (utilizado por la Iglesia de Inglaterra, anglicana) Pesado en las Balanzas. Spurgeon sabía que había “atizado un nido de cascabeles” y estaba plenamente convencido que la venta de sus sermones bajaría dramáticamente, pero a partir de ese momento se vendieron más sermones.

Finalmente, Spurgeon predicó este año un sermón muy importante titulado La Restauración y Conversión de los Judíos, predicado a favor de la Sociedad Británica para la Propagación del Evangelio entre los judíos.

El año de 1865 puede describirse como un año de comienzo y de consolidación en la vida y el ministerio de C. H. Spurgeon. En Enero de este año inició una revista mensual a la que puso por nombre La Espada y La Paleta (Cuchara de Albañil), que continúa editándose hasta el día de hoy. Habiendo sido co-editor de La Revista Bautista, Spurgeon tenía ya la suficiente experiencia para editar su propia revista como “un Registro del Combate en Contra del Pecado y de Trabajo para el Señor.” La revista incluía la publicación de sermones, de artículos y de reseñas de libros. También mantenía informados a sus lectores acerca de las demás obras del ministerio de Spurgeon, tales como el Tabernáculo, el Orfanatorio, y el Colegio.

El Colegio del Pator estaba ahora muy bien consolidado. Yendo de un lugar a otro durante el verano de 1865, Spurgeon recibió mucho aliento por el interés que despertaba el Colegio. Contaba ya con más de mil patrocinadores. El entonces editor de Mundo Cristiano había logrado recoger 160 libras esterlinas de los lectores de su periódico para la obra del Colegio. Spurgeon le regaló una copia de los primero diez volúmenes de sus sermones impresos.

La clase de Biblia para jovencitas que tenía lugar los domingos por la tarde también se había consolidado. Había comenzado en el año de 1859 con tres miembros, y ahora, en el año de 1865 contaba ya con más de 700 miembros. Las conversiones eran frecuentes y quienes se convertían procedían de todos los estratos sociales.

Durante este año, dos asesinos infames fueron presentados ante los tribunales de justicia en Inglaterra. El doctor Pritchard envenenó a su esposa y a su suegra, y Constance Kent asesinó a su hermanito de cuatro años de edad. C. H. Spurgeon predicó un poderoso sermón acerca de estos juicios (Sermón No. 641 del volumen de 1865).

Otros notables sermones predicados este año son: No. 607, “La Verdadera Unidad Promovida,” que tiene mucha vigencia en nuestros días de ecumenismo espúreo. No. 653, “Un Discurso para una Época de Avivamiento,” otra necesidad perentoria para las iglesias de este siglo, tan poco espirituales.

En el mes de Mayo de este año, y después de once años de servicio en Londres, Spurgeon tuvo que informarle a su congregación que abandonaría Inglaterra para cambiar de escenario, con el objeto de tener un período de descanso y de recuperación. Estaba exhausto por todo el trabajo que asumía. Hizo una gira por el continente europeo durante la cual no predicó.

Después de estar ausente durante ocho semanas, Spurgeon retomó su responsabilidad en el Tabernáculo Metropolitano y participó en las reuniones de la Unión Bautista en Bradford y en la reorganización de la Asociación Bautista de Londres. Las reuniones tuvieron lugar en el propio Tabernáculo Metropolitano.

1866
Nuevas Instituciones

En el volumen de sermones correspondientes a este año, se encuentran reflejados serios eventos nacionales y eclesiásticos.

El hacinamiento y las condiciones sanitarias sumamente deficientes en muchos barrios de Londres en aquella época, desembocaron en una muy diseminada peste de cólera. (Sermón No. 705, La Voz del Cólera). La recesión en la vida comercial creó mucho pánico en los medios financieros y en otras áreas. (Sermón No. 690, La Lección del Gran Pánico).

Hacia fines de ese año Spurgeon predicó sobre Isaías 59:19 (Sermón No. 718, El Estandarte Levantado ante la Faz del Enemigo) pues el ritualismo iba ganando terreno en la Iglesia de Inglaterra. Aun los periódicos de la época comentaban que “hay que tomar medidas decididas para reprimir esas extravagancias perniciosas.”

1867

Año de Renovación

El proyecto del orfanatorio de Spurgeon realmente comenzó a tomar forma durante el año de 1867, aunque el terreno se compró a finales del año anterior. Con una donación de 20,000 libras esterlinas de parte de la señora Anne Hillyard, viuda de un clérigo de la Iglesia de Inglaterra, Spurgeon pudo proceder a la ceremonia de la puesta de la primera piedra. La gente se tuvo que subir a los árboles para poder presenciar la ceremonia.

Al comienzo de este año, Spurgeon escribió una apelación pidiendo ayuda a favor de las víctimas de la peste del cólera del año anterior, y también alentó a los obreros de las escuelas dominicales para que ministraran a las clases trabajadoras. Uno de los convertidos de su iglesia trabajaba con los vendedores ambulantes del este de Londres, y debido al interés que esta obra despertó en Spurgeon, estableció una misión especial para ellos.

El evento más importante durante 1867, sin embargo, fue un mes de predicación en el Agricultural Hall, Islington. El Tabernáculo Metropolitano, después de seis años de operación, necesitaba ya una renovación completa. El Exeter Hall ya se había hecho muy pequeño para las necesidades de la iglesia de Spurgeon, por lo que se rentó el Agricultural Hall. Este salón estaba en capacidad de albergar a una multitud tres veces mayor que la que asistía al Tabernáculo. También estaba ubicado a varias millas de distancia del Tabernáculo. A este edificio con una capacidad de asientos de 15,000 personas, asistían 20,000 a cada servicio, por lo que mucha gente se quedaba de pie durante todo el servicio. Los sermones de Spurgeon duraban entre cincuenta minutos y una hora. Había una atmósfera reverente en ese lugar, la gente escuchaba con mucha atención, y los servicios resultaron en muchas conversiones.

En el volumen de sermones del Púlpito del Tabernáculo Metropolitano correspondiente a 1867, los sermones del No. 743 al No. 746 fueron predicados en el Agricultural Hall. Son notables entre esos sermones los titulados: “Las Riquezas Inescrutables de Cristo” y “El Fin Deseado de los Justos.” Spurgeon predicaba con gran unción y muchísimas personas no podían entrar para escucharlo.

En términos de su salud, el año de 1867 no fue un buen año. Por esta razón los diáconos no tuvieron otra alternativa más que nombrar a un pastor asistente. El hermano de Spurgeon, tres años menor que él, era la selección natural, y James Archer Spurgeon asumió mucho del trabajo diario rutinario del Tabernáculo, además de ser pastor de la Iglesia Bautista de West Croydon.

Para evitar la confusión que naturalmente se generaría al tener dos señores Spurgeon, Charles Haddon propuso a su hermano que aceptara un doctorado americano si le era ofrecido. Pero esto no ocurrió sino hasta después de la muerte de Spurgeon. La Universidad Colgate le confirió el grado de Doctor en Letras en reconocimiento a su habilidad en leyes eclesiásticas.

Hacia finales del año se terminó un asilo de ancianos: doce habitaciones para ancianitas. El propio Spurgeon donó 5,000 libras esterlinas para esta obra.

El año de 1867 finaliza con un grandioso servicio de vigilia en el Tabernáculo, y Spurgeon predicó dos sermones: uno dirigido a los miembros de la iglesia (No. 3,634) y otro para los inconversos.

1868
Los Protestantes Alentados

El inicio de 1868 se caracterizó por una gran angustia que perneaba la clase trabajadora de Londres. Debido al estancamiento del comercio, a un severo invierno y a condiciones insanas y escuálidas, se sentía una gran opresión.

En el mes de Febrero, vientos huracanados barrieron el sur de Inglaterra y el Orfanatorio de Stockwell de Spurgeon fue seriamente dañado. Esto, sin embargo, fue una bendición disfrazada, pues sirvió para crear un nuevo y muy difundido interés en esa obra. Unos pocos días después de ese incidente, Spurgeon recibió dos sobres. Uno contenía 2,000 libras esterlinas y el otro contenía una libra esterlina. Este último sobre fue devuelto por un escritor anónimo que decía que indebidamente había recibido esa libra de Spurgeon una vez que se había disfrazado de mendigo. Además, 460 iglesias bautistas contribuyeron con fondos que le fueron presentados al predicador, y cuyo monto total era equivalente a dos orfanatorios.

En el mes de Abril, el Exeter Hall ubicado en el Strand estaba abarrotado para la reunión anual de la Asociación de Jóvenes Cristianos. Lord Shaftesbury presidía y Spurgeon predicó a pesar del profundo dolor que la causaba la gota en su pierna. Su interés en la evangelización de los jóvenes se hizo evidente cuando predicó el sermón anual para jóvenes de la Sociedad Misionera de Londres en la Capilla de Westminster (Sermón No. 811).

El año de 1868 fue también de mucha agitación eclesiástica. La separación entre la Iglesia y el Estado en Irlanda fue álgidamente discutida, y ciertas personas comenzaron a agitar para que se hiciera lo mismo en Inglaterra. Algunos estaban aterrados por un potencial regreso a la Iglesia de Roma. Para alentar a los protestantes, Spurgeon predicó sobre Cristo como “Cabeza de la Iglesia” (Sermón No.839). Spurgeon también publicó un controversial panfleto titulado “Una Fábula para el Tiempo.” Este folleto contenía un grabado que mostraba a un cerdo y a un clérigo alimentándose de una cubeta, el clérigo llevando sus ropas canónicas y el cerdo llevando una mitra papal y unas llaves. Sobra decir que Spurgeon fue agriamente criticado por la prensa.

Predicó a vastas multitudes en Liverpool y en Bristol durante el año de 1868, y en Bristol tuvo que predicar a las 9 de la mañana y otra vez en la noche para poder incluir al mayor número posible de personas y no dejar fuera a nadie.

En el mes de Noviembre, un evangelista norteamericano dirigió unas reuniones para niños en el Tabernáculo. Como un “prefacio” a esas reuniones del señor Hammond, y para enfatizar la importancia de la conversión infantil, Spurgeon predicó un sermón titulado “No Pequen en contra del Niño.” (Sermón No. 840).

1869
Treinta y Cinco Años de Edad

El sermón de Año Nuevo de Spurgeon estaba basado, como todos los años, en un texto que le suministraba un clérigo de la Iglesia de Inglaterra. Titulado “Jesucristo Inmutable,” el texto era uno sobre el cual Spurgeon había predicado previamente once años antes en la Capilla New Park Street.

En una reunión que tuvo lugar en el Tabernáculo Metropolitano en el mes de Enero, se anunció que 285 hombres habían completado su entrenamiento en el Colegio del Pastor desde su fundación, un número “igual a los que se habían graduado en otras instituciones en un período de cincuenta años.” La influencia del Colegio se había difundido hasta Australia por medio de uno de los ayudantes de Spurgeon en el Tabernáculo, quien había emigrado a ese país por razones de salud. Allí fundó un colegio siguiendo los “lineamientos de Spurgeon” y el propio Spurgeon lo consideraba como una verdadera extensión de su Colegio, donando 100 libras esterlinas para sus necesidades.

Los informes financieros del Tabernáculo publicados a principios del año, mostraban un total en exceso de 20,000 libras esterlinas como donaciones recibidas el año anterior, de las cuales 4,300 habían sido suscritas para la obra del Colegio.

La circulación de los sermones impresos continuaba creciendo en todo el mundo. Varios periódicos en los Estados Unidos los reimprimían conforme eran publicados en Londres.

A principios de este año se publicó un libro “Las Pláticas de John Ploughman” que tuvo muy buena acogida. Pronto se vendieron miles de copias. Hacia fines de ese año apareció el primer volumen de la colección “El Tesoro de David” que es el comentario de Spurgeon al Libro de los Salmos. (Salmos 1-26 comentados en el primer volumen). Pronto llegó a ser considerado uno de los libros más informativos de Spurgeon, de mucha ayuda tanto para ministros como para laicos.

La obra en el Tabernáculo fue grandemente bendecida a lo largo de 1869. En un solo mes, 32 personas fueron bautizadas. Este año también Spurgeon ocupó la Presidencia de la Asociación Bautista de Londres. Usualmente el Presidente instituía la erección de una nueva iglesia bautista durante el año de su cargo. Spurgeon edificó tres.

Spurgeon contaba con treinta y cinco años de edad, y durante el año sufrió de neuralgia, y luego de viruela, por lo que se tuvo que ausentar del púlpito por algunas semanas.

1871

Predicando en Roma

El decimoquinto aniversario del Colegio del Pastor fue celebrado a comienzos de 1871, y se presentó un reporte indicando que los hombres de Spurgeon estaban a cargo de iglesias ubicadas tan lejos como el Norte de Escocia, y contaban con dos judíos conversos que trabajaban como evangelistas entre su propia gente.

En Enero Spurgeon fundó una Asociación para garantizar el día de descanso (domingo) para los trabajadores. La Asociación quería menos trabajo el día domingo para los trabajadores del Servicio Postal. Spurgeon escribió a todos los Ministros urgiéndoles que presentaran una petición al Parlamento, para tal efecto.

El día 20 de Febrero, lunes, se tuvo una reunión de oración que duró todo el día, en el Tabernáculo Metropolitano. Comenzó al despuntar el día, y continuó durante 14 horas.

Síntomas de agotamiento en Spurgeon aparecieron nuevamente, y varios predicadores tuvieron que relevarlo tanto en el Tabernáculo como en diversos compromisos externos. Spurgeon no predicó durante 13 domingos a lo largo de un período de seis meses.

En Julio se publicó el sermón impreso No. 1,000, titulado Pan Suficiente para Repartir. Spurgeon había estado ya en Londres 17 años y veinte millones de sus sermones impresos estaban repartidos por todo el mundo, y habían sido traducidos a diversos idiomas.

El sermón No. 999, La Obra de Marchitamiento del Espíritu fue altamente alabado por un periódico de los Bautistas Estrictos.

En el mes de Noviembre Spurgeon se fue al continente europeo para un descanso.
Sin embargo, aprovechó la oportunidad para predicar en Roma. A pesar de la dificultad de predicar por medio de un intérprete, sus sermones fueron bendecidos grandemente y causaron una gran conmoción en la prensa local en idioma inglés de esa época. Además de predicar con sencillez el Evangelio hizo un llamado para obtener apoyo financiero para la obra del Señor en esa “ciudad idólatra.”

1874

Cuarenta Años de Edad

La noticia de la muerte del doctor David Livingstone llegó a Inglaterra a principios de 1874. Una copia muy usada de uno de los sermones de Spurgeon, “Accidentes, No Castigos,” se encontró en uno de sus bolsillos, y posteriormente esa copia fue entregada a Spurgeon como un recuerdo.

La membresía del Tabernáculo Metropolitano llegaba ya a 4,366 personas, que la convertía en la más grande del mundo. Se consideraba que la segunda congregación más grande del mundo era la Primera Congregación Africana ubicada en Richmond, Virginia, USA.

En Enero Spurgeon respondió a un artículo de un periódico, escrito por el doctor R. W. Dale de Birmingham, que afirmaba que el calvinismo ya habría sido obsoleto entre los Bautistas si no fuera por la influencia de Spurgeon. Spurgeon replicó que la mayor parte de los Disidentes eran todavía fieles a la fe calvinista.

Destellos del Pensamiento, que contenía mil extractos de las obras de Spurgeon, arreglados en orden alfabético, fue publicado en Abril.

Un notable sermón, de una hora y diez minutos de duración, fue predicado por Charles Haddon Spurgeon bajo un cobertizo de una planta industrial llamada Britania Iron Works, (empresa dedicada a la fundición del hierro) en Bedford. Spurgeon cambió su texto al último momento, y predicó sobre 1 Crónicas 28: 9 – “Si tú le buscares, lo hallarás.”

En el mes de Septiembre el edificio del Colegio del Pastor fue abierto en la parte posterior del Tabernáculo. Hasta esta fecha 20,000 personas habían sido bautizadas por pastores educados en el Colegio del Pastor. A fines del año, 47 hombres habían completado su entrenamiento en el Colegio y 23 de ellos se habían establecido en los Estados Unidos.

El sermón No. 1,161 tenía una especial súplica por parte del predicador, impresa en la parte superior. Él solicitaba que se utilizara este sermón para fines evangelísticos.

Habiendo cumplido este año los cuarenta años de edad, Spurgeon había trabajado para el Señor durante la mitad de su vida, en Londres. El sermón No. 1,179 muestra los pensamientos de Spurgeon acerca de la madurez. El último sermón del año, el No. 1,209 completó veinte volúmenes de los sermones impresos, seis de ellos pertenecientes al Púlpito de la Capilla New Park Street, y catorce al Púlpito del Tabernáculo Metropolitano. Spurgeon puso como título a su sermón “Un Resumen Agradecido de Veinte Volúmenes.”

1875
D. L. Moody en el Tabernáculo Metropolitano

Después de predicar en el Tabernáculo el primer domingo del año, Spurgeon cayó enfermo y tuvo que ausentarse del púlpito durante doce domingos, la primera gran interrupción en sus actividades. Volvió a predicar otra vez el domingo de Pascua. Su retorno al Tabernáculo Metropolitano fue celebrado con una gran reunión de bienvenida.

El cuarto volumen de El Tesoro de David (Salmos 79 al 103) fue publicado, y, como los anteriores volúmenes, tuvo una excelente recepción.

Un grupo de Boston, USA, hizo un nuevo intento de persuadir a Spurgeon para que visitara ese país, pero nuevamente Spurgeon rechazó la invitación, temiendo que sus ministerios en Inglaterra pudieran sufrir si los abandonaba.

El viernes 16 de Abril, los evangelistas norteamericanos Moody y Sankey se reunieron en el Tabernáculo, pero Spurgeon no pudo participar en esa reunión ya que estaba enfermo. Sin embargo, pudo predicar el siguiente domingo, y usó como texto Josué 24: 15. (Sermón No. 1,229 – “Decisión.”) El día 6 de Junio predicó a favor de la campaña de los señores Moody y Sankey en el sur de la ciudad de Londres. (Sermón No. 1,238 – “Cuidado con la Incredulidad.”) Spurgeon defendía las doctrinas que predicaba Moody, y asistió a varias de sus predicaciones.

El 15 de Agosto Spurgeon predicó un sermón titulado “Prescindiendo del Sacerdote” (No. 1,250) que causó una gran controversia promovida por los periódicos controlados por la Iglesia de Inglaterra.

En el otoño de 1875, la Unión Bautista de Gran Bretaña e Irlanda se reunió en Plymouth. El doctor Alexander Maclaren presidió y Charles Haddon Spurgeon predicó uno de sus más notables sermones en el Guildhall. También dio un mensaje evangelístico a una capilla wesleyana, y este mensaje fue repetido en el Tabernáculo con el título: “Allá Van los Barcos” (No. 1,259). Este sermón fue inspirado durante una caminata que hizo Spurgeon junto a la playa de Plymouth.

El año finalizó con una alentadora reunión con los amigos del Colegio del Pastor, donde se reportó que un estudiante portugués había finalizado sus estudios, y que otros estudiantes habían solicitado ir a Estados Unidos, Canadá y países del continente europeo.

Spurgeon partió luego hacia Menton, en el sur de Francia, en la costa del Mediterráneo, su lugar favorito para descansar, esperando que un cambio de aires y de escenario le fuera de mucho beneficio para su ardua labor del siguiente año.

1879
Bodas de Plata

Spurgeon abandonó Inglaterra para dirigirse a Menton, Francia, el 15 de Enero de este año, con el objeto de recuperar su salud. Sus biógrafos se referían a él como “el Pastor inválido.” Su obra de los asilos recibió por este tiempo mucha publicidad por parte de la prensa secular.

A mediados de Abril, Spurgeon regresó a Londres y cuando predicó el domingo de Pascua fue como si “se abriera una nueva era en el Tabernáculo.” Su sermón lleva el título de La Filosofía de la Alabanza Abundante (sermón no. 1,468). El jueves santo, Spurgeon predicó lo que muchos consideran uno de sus más “notables mensajes.” Basado en el texto de Oseas 14: 6, todas las ilustraciones procedían “frescas de los olivares de Menton.”

El gran evento del año en el Tabernáculo Metropolitano fue la presentación que hicieron a Spurgeon del Testimonial de las Bodas de Plata el día 20 de Mayo. Se predicaron sermones especiales el día domingo 18 de Mayo de ese año (sermones nos. 1,474 y 1,475) y en una reunión que tuvo lugar el siguiente martes se le presentaron al pastor 6,233 libras esterlinas. Él rehusó conservar ese dinero para él pero aceptó un reloj de pared como un recuerdo de la ocasión. Las “bodas de plata” eran en efecto la celebración de veinticinco años de ministerio para la congregación del Tabernáculo. Spurgeon donó 5,000 libras esterlinas para los asilos y el resto para otras causas que lo ameritaban, tales como el fondo establecido por la señora Spurgeon para los ministros pobres.

En Junio C. H. Spurgeon alcanzó la edad de cuarenta y cinco años, lo que fue otra ocasión para que se produjeran muchos regalos que también fueron canalizados al proyecto de los asilos.

Problemas políticos tanto internos como en el extranjero durante el verano de 1879 motivaron a Spurgeon a predicar sobre la guerra, sobre la depresión comercial y otros problemas de carácter nacional en un sermón titulado La Crisis Presente (No. 1,483).

Un pequeño libro titulado Predicadores Excéntricos fue publicado en el mes de Julio. Fue publicado, dijo el propio predicador en el Prefacio, “en defensa propia,” como un intento de prevenir que los siervos de Dios en el ministerio cristiano, sufran de una crítica capciosa, falsa, y que sólo busca fallas.

En el mes de Octubre se inauguró un orfanatorio para niñas, con los edificios de mayor tamaño que los que ya existían para los niños. Predicando ese mes durante las reuniones de otoño de la Unión Bautista en Glasgow, Spurgeon recibió una ofrenda de 273 libras esterlinas a favor del orfanatorio para niñas. Ese mismo mes se publicó el sermón no. 1,500 titulado La Serpiente de Bronce Levantada.

1882
El Secreto del Éxito

Una visita al Tabernáculo Metropolitano por parte del Primer Ministro de Inglaterra estableció un auspicioso inicio para el año. Se cuenta que un estudiante de una escuela en los Estados Unidos, cuando se le preguntó quién era el Primer Ministro de Inglaterra, respondió: ¡El señor Spurgeon! La visita del señor Gladstone fue inesperada de tal forma que no se preparó un sermón especial para la ocasión. El Primer Ministro se reunió previamente en privado con Spurgeon durante quince minutos, y posteriormente se volvió a reunir con él para felicitarlo por la excelente labor que se desarrollaba en el Tabernáculo Metropolitano.

Spurgeon era el que soportaba la mayor parte de la carga de trabajo del Tabernáculo, por lo que volvió a caer enfermo en el mes de Marzo. Este ataque duró un mes, y durante ese tiempo el Obispo de Rochester visitó a Spurgeon en su hogar, “Westwood,” y oró con él por su recuperación.

Spurgeon celebró su cumpleaños número cuarenta y ocho el día 19 de Junio y recibió 450 libras esterlinas como regalo de cumpleaños. Él usó ese dinero en el orfanatorio para niños.

Durante el mes de Agosto se celebró en el Tabernáculo una campaña promoviendo la abstención total de alcohol. Spurgeon declaró abiertamente su apoyo pleno a esta cruzada y a los principios de abstención total.

Unos visitantes procedentes de los Estados Unidos le preguntaron cuál era el secreto de su éxito. Spurgeon respondió: “Mi gente ora por mí.” En toda la segunda mitad del año, Spurgeon se esforzó por convertir las reuniones de oración de los lunes, en algo atractivo y eficaz. El día 6 de Octubre predicó un memorable sermón en el Circo de Hengler, Liverpool, a la asamblea anual de la Unión Bautista. El título del sermón es: Ayudas y Obstáculos para la Oración.

A fines de Octubre, Spurgeon requirió descanso y recuperación en Mentone. Regresó a Londres en Diciembre; una gran multitud se reunió en el Tabernáculo el día previo a la Navidad, para darle la bienvenida. Spurgeon sufría todavía de muchos dolores, pero predicó con mucho poder sobre el tema de la estrella heráldica del Salvador. Al día siguiente tuvo que guardar cama.

Algunas veces se comenta que Spurgeon no predicó nunca series de sermones. Sí lo hizo, en varias ocasiones, aunque dichas series no estaban planeadas de antemano, sino que un texto o tema progresaba a otro, conforme el Espíritu Santo guiaba al predicador, semana tras semana. Así, los domingos 5, 12, 19 y 26 de Febrero, Spurgeon predicó una serie de sermones sobre “Nuestro Señor ante el Sanedrín, Pilatos y Herodes,” seguidos de otros dos sermones acerca de Pilato. (Sermones nos. 1643-45 y 1647-48).

En el sermón no. 1649 (página 151) encontramos los puntos de vista de Spurgeon acerca de la observación semanal de la Santa Cena.

Su ministerio por medio de la publicación de libros estuvo muy activo durante el año de 1882. El volumen 6 del Tesoro de David fue publicado en el otoño, habiendo sido precedido por Sermones de la Finca en Junio. En el mismo mes se publicó Doce Sermones Escogidos para Ganar Almas, seguido de Doce Sermones Sorprendentes.

1884
Celebraciones del Quincuagésimo Aniversario

El púlpito del Tabernáculo Metropolitano no fue ocupado por Spurgeon sino hasta Febrero de este año, ya que todavía se encontraba recuperando en Francia durante todo el mes de Enero. Sin embargo, el 24 de Enero predicó a una congregación abarrotada en la iglesia francesa de Menton.

En Marzo su salud había mejorado sustancialmente. En el mismo mes apareció el nuevo libro La Clave del Laberinto. Los comentarios fueron que el libro tenía un estilo encantador y que estaba lleno de ejemplos llenos de fuerza. El objetivo del libro era exponer la fe honesta, y prevenir a los creyentes acerca de las trampas de Satanás.

En el mes de Abril, predicó a una multitud de jóvenes en el Exeter Hall, the Strand, Londres, a favor de la Sociedad Misionera Bautista (sermón no. 1778). También, a solicitud de la Unión de Escuelas Dominicales, Spurgeon predicó en Union Chapel, Islington, Londres (sermón no. 1785).

El gran evento del año 1884, sin embargo, fue la celebración del cumpleaños número cincuenta del predicador, celebración que tuvo lugar los días 18 y 19 de Junio. Los periódicos comentaron el evento y congratularon al predicador por ser uno de los hombres mejor conocidos de su tiempo, habiendo sido primero “una curiosidad y posteriormente una notoriedad.” Naturalmente el Tabernáculo estaba completamente lleno en las reuniones que tuvieron lugar esas dos noches. 7,000 personas estuvieron presentes la noche del 19 de Junio. En una respuesta característica a los buenos deseos que le expresaban, Spurgeon dijo que “él no atravesaría la calle para ir a escucharse él mismo.” En el evento predicaron hombres eminentes tales como D. L. Moody y O. P. Gifford, de los Estados Unidos y Canon Wilberforce, y los doctores Newman Hall y Joseph Parker. Como regalo de cumpleaños le fueron presentadas al pastor 4,500 libras esterlinas, suma que él se apresuró a donar, distribuyéndola al Hospital de Santo Tomás, a la Sociedad Misionera Bautista, al Fondo Bautista de ayuda para ministros pobres, a su propia Asociación de Colportores, al fondo de libros de su esposa, y a la iglesia de su hijo que por entonces estaba en construcción en Auckland, Nueva Zelanda. Se publicó un álbum de jubileo que contenía un breve resumen de su vida y las varias instituciones del Tabernáculo.

En el mes de Agosto fue invitado por Canon Wilberforce para que fuera su huésped durante unas cortas vacaciones y durante el “descanso” predicó a una multitud en la pista de patinaje de Southampton. También predicó a clérigos de la iglesia de Inglaterra al día siguiente, demostrando así nuevamente su catolicidad y su amor por los hermanos evangélicos, independientemente de su denominación.

Spurgeon retomó su trabajo en el Tabernáculo Metropolitano en el mes de Septiembre, pero en Noviembre se encontraba otra vez delicado de salud. Batalló todo el resto del año, cumpliendo algunos compromisos y cancelando otros. Para la Navidad cenó con los niños del Orfanatorio Stockwell. Spurgeon estaba sumamente débil y esta iba a ser su última cena con sus amados huérfanos y amigos del orfanatorio.

1891

El Derrumbamiento

La muerte del diácono William Olney el año anterior fue seguida por la de varios veteranos del Tabernáculo Metropolitano, durante la primera parte de 1891. Por primera vez en la historia del Tabernáculo, las muertes sobrepasaron el ingreso de nuevos miembros. Este año fueron bautizadas 261 personas, que fueron recibidas como miembros a lo largo del año. Esta fue la cifra más baja desde que el Tabernáculo fue abierto. Sin embargo, la membresía se mantenía por encima de las 5,000 personas, había 23 estaciones de misiones, y 27 escuelas dominicales con 8,000 estudiantes y cerca de 600 maestros. Después de su regreso de Menton en el mes de Febrero, Spurgeon entrevistó a 84 personas para determinar su ingreso a la membresía de la iglesia.

Una epidemia de influenza azotó a Londres por ese tiempo, pero Spurgeon continuó trabajando y predicando, aunque su salud se iba deteriorando sin pausas. Una semana del mes de Mayo es representativa de la actividad de trabajo de Spurgeon en el ocaso de su vida. Después de revisar el sermón semanal para enviarlo a la imprenta el lunes, presidió también ese lunes por la noche la reunión de oración. El martes por la noche predicó a los maestros de escuela dominical en la Capilla Bloomsbury. El jueves predicó a un grupo de marineros en el Tabernáculo, a favor de la Sociedad de Marineros Británicos y Extranjeros, (Sermón no. 2,206, titulado “¿Soy un Mar o una Ballena”? El viernes se reunió con un grupo de ministros en Hendon.

La salud de Spurgeon se derrumbó finalmente, no a causa de la influenza o del trabajo excesivo, sino por la combinación de reumatismo, gota y de la enfermedad de Bright (una enfermedad que ataca severamente los riñones). El domingo 7 de Junio predicó por última vez en su vida en el Tabernáculo (sermón no. 2,208, titulado “El Estatuto de David para Compartir el Botín”), completando así cuarenta años de predicación del Evangelio. Spurgeon contaba con sólo 57 años de edad, más de treinta de los cuales los pasó en el Tabernáculo.

Los síntomas de su enfermedad se volvieron alarmantes y se tuvo que llamar a un especialista. Dos veces al día se sostenían reuniones de oración en el Tabernáculo, pidiendo la recuperación del pastor. El veredicto del doctor fue: “el caso es muy difícil y muy peligroso.” Muchas personas escribieron a Spurgeon deseándole pronta recuperación, entre los que se contaban el Príncipe de Gales, el Primer Ministro de Inglaterra, señor Gladstone, y varios miembros de la nobleza. Los arzobispos y obispos de la Iglesia de Inglaterra, así como el Rabí principal de la ciudad, oraron públicamente por Spurgeon.

En el mes de Septiembre experimentó una ligera mejoría, y se le permitió que hiciera breves excursiones por el campo. Fue a Eastbourne a principios de Octubre y luego a fin de mes se fue a Menton. Al abandonar Inglaterra, el doctor A. T. Pierson venido de los Estados Unidos, tomó su lugar en el Tabernáculo Metropolitano.

En Francia, Spurgeon gozó de ciertos períodos en los que sufría menos dolor y continuó trabajando para terminar El Evangelio del Reino, y asimismo terminó su libro Recuerdos de Stambourne, que fue publicado en Noviembre de ese año.

Justo antes de Navidad Spurgeon dijo: “He dado la vuelta a la esquina… Voy a saludar el día cuando pueda hablar con ustedes nuevamente.” Eso no iba a suceder. Su última exposición de las doctrinas de la gracia fue a un pequeño grupo de huéspedes que estaban en el Hotel Beau Rivage en Menton.

1892
El Llamado a Casa

La referencia al año 1892 es más bien irónica, pues Spurgeon sólo vivió 31 días en 1892, ya que murió a las 11 de la noche del 31 de Enero, en presencia de su esposa y de unos cuantos amigos.

Al seleccionar y editar el primer sermón que se publicaría ese año, Spurgeon eligió: “Gratitud por la Liberación de la Tumba” (Salmo 118: 17, 18). Era también el texto que Martín Lutero tenía colgado en la pared de su estudio y también estaba inscrito en la Casa del Jubileo de Spurgeon en la parte trasera del Tabernáculo Metropolitano. Spurgeon iba a dejar de ser liberado de la tumba en breve. Enfermó tan gravemente que ya no pudo escribir más a partir del 6 de Enero y ya para el 24 de Enero su salud había declinado gravemente. Siete días después entró en el cielo. Había leído fragmentos de sus sermones impresos a un cierto número de huéspedes en su habitación del hotel en Menton. El 10 y el 17 de Enero de 1892, fueron las últimas dos ocasiones en que habló “en público.”

Las líneas telefónicas a Menton se bloquearon con muchísimos mensajes de condolencia que llegaban de todas partes del mundo, incluyendo una llamada del Príncipe y de la Princesa de Gales.

El cuerpo del predicador fue colocado en un ataúd de madera de olivo y después de un servicio memorial en la Iglesia Presbiteriana Escocesa, fue llevado a Inglaterra para ser enterrado en Londres. Spurgeon fue enterrado en el cementerio de Norwood, entre sus ancianos, diáconos y miembros de la iglesia que le habían precedido.

Antes de ser enterrado el cuerpo fue velado en el Tabernáculo Metropolitano. Se programaron cuatro servicios fúnebres en un día: uno en la mañana para miembros de la iglesia, uno por la tarde para ministros y estudiantes, uno al anochecer para miembros de iglesias de otras denominaciones, y uno ya tarde por la noche (10: 30 p.m.) para el público en general. Ira D. Sankey cantó “Duerme, amado, duerme y descansa” y “Solamente recordado por lo que he hecho.” Entre los participantes encontramos a los doctores Alexander MacLaren y F. B. Meyer.

Cientos de miles de personas cubrieron la ruta de unos doce kilómetros entre el Tabernáculo Metropolitano y el cementerio. Las banderas ondeaban a media asta y las campanas de las iglesias repicaban. El servicio en el cementerio fue presidido por uno de los propios hombres de Spurgeon, el pastor Archibald Brown. El doctor A. T. Pierson presidió la oración y el Obispo de Rochester pronunció una bendición.

Una cripta muy bien diseñada albergó el ataúd del predicador, y mostraba un retrato esculpido del Príncipe de los predicadores y una Biblia abierta.

La voz que una vez fue descrita como “una campana de plata” ahora permanecería callada, después de haber exaltado al Salvador y de haber servido de instrumento para atraer a tantas personas a Él. Durante su pastorado un total de 14,692 personas fueron bautizadas y se unieron al Tabernáculo Metropolitano. Sus sermones continuaron publicándose durante 27 años posteriores a su muerte, de tal forma que “aun estando muerto, habla.”

De inmediato se publicaron muchas biografías, alcanzando un promedio de una biografía por año durante los siguientes diez años.

WILLIAM CAREY «Esperad grandes cosas de Dios; emprended grandes cosas para Dios»

William Carey nació el 17 de agosto de 1761 en Paulerspury, en la provincia de Northampton, Inglaterra.

Aunque su infancia transcurrió en un ambiente rural que para nada hacía presagiar grandes cosas para su vida, lo cierto es que Carey tenía una insaciable sed de conocimientos y una indomable perseverancia para lograr sus objetivos. Cualquier libro que caía en sus manos era devorado y asimilado, hasta el punto que se había familiarizado en su adolescencia con el latín y, mientras trabajaba como zapatero, aprendió griego.

De hecho el taller de zapatería fue para Carey su taller de preparación donde Dios lo entrenó para la obra que más tarde tenía preparada para él. Allí adquirió un profundo conocimiento de la Biblia y también de geografía universal y religiones comparadas, todo lo cual le sería de gran utilidad en los años venideros.

Conversión

Uno de los compañeros en el taller de zapatería era William Ward, perteneciente a uno de los grupos disidentes de la Iglesia anglicana. Las discusiones entre ambos muchachos eran prolongadas, defendiendo cada uno su punto de vista. Sin embargo, Carey se dio cuenta que la fe de su amigo era mucho más profunda que la suya propia y, atendiendo a una invitación a asistir a una de sus reuniones, entró en contacto con la iglesia a la que su amigo pertenecía. Allí tuvo lugar su experiencia de conversión que daría un vuelco a toda su vida. El hecho de que estas iglesias disidentes fueran simpatizantes de la revolución americana fue otro factor añadido para que Carey se identificara con ellas, pues él mismo era de ese sentir. La conservadora Iglesia anglicana era opuesta por principio a cualquier modificación del «status» de las colonias en Nueva Inglaterra.

Crecimiento

Tras su conversión conoció a dos destacados bautistas, John Ryland y Andrew Fuller, siendo bautizado por el primero e integrándose en una iglesia bautista. Al poco tiempo, y en vista de su crecimiento y sus dones, Carey era solicitado como predicador por distintos grupos pequeños, tras lo cual fue llamado como pastor de la iglesia de Moulton.

Influencias notables

En 1781 se casó con Dorotea Placket con la cual tuvo una numerosa familia. Para ese tiempo Carey ya conocía latín, griego, hebreo, italiano, alemán y francés. Pero la pasión de Carey eran las misiones. Varios factores influyeron en esa vocación: el avivamiento que estaba sacudiendo Inglaterra bajo el ministerio de John Wesley preparó el terreno para el movimiento misionero; un tío de Carey era marinero y con un gran bagaje de experiencias en otros países, lo cual despertó en él un interés por los viajes y por conocer otras culturas; también fueron a parar a sus manos los diarios de John Eliot y David Brainerd (ambos misioneros entre los indios); otro libro que influyó decisivamente en Carey fue «Los viajes del capitán Cook», en el que el descubridor inglés narra sus aventuras por las islas del Pacífico. Todos estos fueron factores que representaron un papel importante en el futuro misionero, pero, en especial, la Biblia dejaba claro la responsabilidad de los cristianos para llevar las buenas nuevas a los que todavía no las habían escuchado.

«Esperad grandes cosas de Dios; emprended grandes cosas para Dios»

El 30 de mayo de 1792, ante una convención de pastores bautistas, predicó su famoso sermón basado en Isaías 54:2,3 «Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas… »

La proposición de este sermón era la siguiente: «Emprended grandes cosas para Dios; esperad grandes cosas de Dios.» A pesar de las reticencias de algunos de los presentes, John Ryland entre otros, el impacto del sermón fue tal, que allí dio comienzo lo que más tarde se ha dado en llamar la era de las misiones modernas. El 13 de junio de 1793 Carey partía para la India.

Paganismo en la India

La extensión del cristianismo en la India estaba reducida prácticamente a los europeos que allí vivían por intereses comerciales. La pobreza, ignorancia y superstición estaban difundidas por doquier; el sistema de castas tenía raíces inmemoriales; las costumbres paganas estaban reflejadas en dos bien arraigadas: tirar niños al Ganges, como ofrenda al río sagrado y arrojar a las viudas a la hoguera donde el marido recién fallecido era incinerado.

Primeros años como misionero

Por seis años Carey estuvo trabajando en una plantación de índigo al norte de Calcuta. Allí aprendió el bengalí y tradujo el Nuevo Testamento a dicha lengua, además de preparar una gramática y un diccionario de la misma. La facilidad para los idiomas que tenía llegó a convertirse en un medio de bendición para su tarea. Pero al mismo tiempo las pruebas se cebaron en su familia: su hijo de cinco años murió como consecuencia de las fiebres, mientras que su esposa no se adaptaba a las dificultades en el nuevo país.

El trío de Serampore

En 1800 Carey se traslada a Serampore donde permanecería por treinta y nueve años. Allí se le unieron dos misioneros más que permanecerían con él hasta el fin, y que serían conocidos como «el trío de Serampore». Uno de ellos era William Ward, especialista en imprenta, y el otro Joshua Marshman, especialista en lingüística. Sin duda este trío misionero fue uno de los más sólidos y fructíferos equipos misioneros que nunca hayan existido.

Traduciendo la Biblia

A estas alturas Carey ya dominaba el bengalí, el sánscrito y otros idiomas de la región y entre sus prioridades estratégicas estaba la traducción de la Biblia a la lengua materna de aquellos pueblos. En treinta años la tradujeron a seis lenguas, siendo Carey el responsable de la traducción al bengalí, sánscrito y marathi.

Además, tradujeron el Nuevo Testamento a veintitrés lenguas y porciones escogidas de las Escrituras a otras más. Sin duda el trabajo de traducción fue primordial en la obra de Carey en la India.

La jornada diaria de un traductor

De una de sus cartas podemos hacernos una idea de cómo era un día cualquiera en su trabajo de traducción:

«Me levanté esta mañana a las seis menos quince minutos, leí un capítulo en la Biblia hebrea, y pasé el tiempo hasta las siete en oración privada a Dios; luego dirigí el culto de familia con los criados en bengalí.

Mientras preparaban el té leí un poco en persa con un manshi y antes de almorzar hice lo mismo pero en indostánico. Cuando acabé de almorzar me puse a trabajar con un pandit en la traducción desde el sánscrito del Ramayana. A las diez me fui al colegio donde estuve hasta las dos.

Vuelto a casa examiné una prueba de la traducción de Jeremías al bengalí, lo que me llevó hasta la comida. Después de comer traduje al sánscrito, con la ayuda del pandit principal del colegio, la mayor parte del capítulo ocho del evangelio de Mateo.
Después de las seis me senté con un pandit telingi para aprender este idioma. A las siete empecé a reunir unos pocos pensamientos en la forma de un sermón y prediqué hasta las siete y media. Había como cuarenta personas presentes… Después del sermón me senté y traduje el capítulo once de Ezequiel al bengalí hasta casi las once de la noche.»

La importancia de la lengua materna

Un dato significativo que nos da la medida de su sensibilidad en este aspecto es que cuando fue nombrado profesor de idiomas en el colegio Fort William en Calcuta, donde se formaría la flor y nata de los futuros dirigentes del país, Carey se dio cuenta de que las clases superiores estaban acostumbradas al sánscrito y tenían al bengalí como lengua vulgar, asociada a las casta más bajas de la nación; por lo tanto, tradujo sus materiales de enseñanza al sánscrito, consciente de la necesidad de alcanzar a las personas en el idioma de su corazón.

A la edad de setenta y tres años, Carey dejaba la India y esta vida; respecto a la primera había dicho:

«Nunca tuve la idea de regresar a Inglaterra… mi corazón se casó con la India.»

George Müller (1805-1898)

George Müller (1805-1898)

El bien conocido «padre de los Orfanatorios de Bristol» nació el 27 de septiembre de 1805 en Kroppenstedt puerto de Halberstadt. Su padre lo mimó y a su hermano de tal manera que George se convirtió en un mentiroso, estafador e incluso borracho, y eso ya desde su niñez. Después de haber vivido una juventud totalmente sin Dios, él entró a estudiar teología protestante de acuerdo a la voluntad de su padre. Durante sus estudios en Halle, Saale, él tuvo su primer encuentro profundo con la misericordia de Dios en una reunión casera de personas salvas a la cual fue invitado por un amigo de estudios. Su vida cambió enseguida; ahora oraba mucho, leía la palabra de Dios y amaba a los discípulos de Jesús de los cuales antes se burlaba.

Luego despertó en este recién nacido el deseo de servir al Señor en el campo misionero. Sin embargo tuvieron que pasar algunos años antes de que llegase la primavera de 1829, a Londres por medio del profesor Tholuck, para ser allí instruido en «La Sociedad para la Misión Judía.» Durante una estadía de ocio en la ciudad de Teignmouth, conoció a Henry Craik, que durante muchos años había de ser su amigo y colaborador. Tanto Henry Craik como George Muller tenían en alta estima a Anthony Norris Groves. Él tenía en mente fortalecer el propósito de sujetar completamente las circunstancias de su vida a la voluntad de Dios. Por eso, un tiempo después de su regreso a Londres, George Muller expresó su deseo de trabajar sin sueldo regular ante la Sociedad Misionera_ y cuándo y dónde el Señor le mostrara. Él recibió una gentil respuesta, pero negativa, por lo cual a finales del año 1829, rompió sus lazos con ella. A principios del año 1830 él estaba nuevamente en Teignmouth y decidió establecerse allí en la condición de predicador de una pequeña comunidad bautista. En el verano de ese año, por medio del estudio de la palabra de Dios, él llegó a la convicción, que sería en conformidad a las Escrituras partir el pan cada primer día de la semana y conceder a todos los hermanos la posibilidad de usar los dones dados por Cristo para el ministerio de la palabra de Dios. Cuando cumplió 25 años de edad, decidió nunca más aceptar un salario fijo, sino confiar solamente en el cuidado de Dios. Con una congregación de 18 miembros, esta no fue una decisión fácil.

El día 7 de octubre de 1830, George Muller se casó con Mary Groves, hermana de Anthony Norris Groves. Durante 40 años ella se volvió en su fiel acompañante en su camino.

En el mes de abril de 1832, Henry Craik convidó a George Muller a Bristol para que lo ayudase allí en el trabajo del evangelio. George Muller fue, y ambos dejaron Teignmouth para siempre y se mudaron para Bristol en mayo de 1832. Allí, Henry Craik asumió el ministerio de la capilla «Gedeón» y George Muller de la capilla «Betesda». Allí ellos se esforzaron por practicar las verdades reconocidas. En la noche del día 13 de agosto de 1832.Muller, Craik y otros hermanos, más cuatro hermanas se reunieron de una manera simple, George Muller escribió en su diario, lo que sucedió «sin ninguna condición, solo con el deseo de actuar para agradar al Señor por medio de la luz de Su palabra.»

Si bien esta comunidad aun mantenía algunas características eclesiásticas, aprobaba principios ya realizados por hermanos en otras localidades. En primer lugar estaba la autoridad de la palabra de Dios, en separación del mundo. Cada domingo se partía el pan, y para la predicación de la palabra se ponían bajo la dirección del Espíritu Santo, mientras que George Muller y Henry Craik eran reconocidos como líderes espirituales y predicadores de la pequeña asamblea. Ambos, sin embargo, no eran predicadores con un salario fijo. En el mes de octubre de 1832, John Nelson Darby hacía su primera visita al lugar. Él se refiere a una carta que data del 15 de octubre: «predicamos en las dos capillas. El Señor está realizando allí una obra notable, y espero, que nuestros amados hermanos, M y C. serán ricamente bendecidos allí. Solo deseo que el principio de comunión abierta sea más practicado.»[1]

En aquellos años, la obra en Bristol fue ricamente bendecida. El pequeño grupo de salvos se acrecentó en poco tiempo, de manera que los dos grupos juntos, en el año 1837, sumaban a 668 personas en el año 1844.

El estado social deplorable en Bristol daba mucho trabajo a George Muller. A pesar que poseía pocos recursos y no tenía ingresos regulares, dio todo lo que tenía a los pobres. En 1833, comenzó a salir temprano a las calles, para llamar a los niños pobres. A todos los dio un pedazo de pan y enseguida los instruyó, durante más o menos una hora de lectura bíblica. Más tarde, hacía lo mismo con los adultos. En el año 1834 fundó, juntamente con Henry Craik, una «Institución para la Propagación del Conocimiento de las Escrituras en Inglaterra y el Exterior,» cuya finalidad era crear escuelas cristianas, y divulgar las Sagradas Escrituras, y apoyar las misiones sobre la base de la fe. Esas obras debían ser operadas por funcionarios salvos y no debían recibir dinero de parte de los incrédulos, y no debían incurrir en deudas. Sin capital inicial esta obra de fe fue comenzada. Pero a principios de 1835, la institución ya estaba funcionando con cinco escuelas.

A finales del año 1835, George Muller decidió fundar un orfanato de acuerdo al modelo de los orfanatos de Francke en Halle. En abril de 1836 estaba en condiciones de recibir a los primeros huérfanos. Así comenzó el «milagro de Bristol,» que se expandió tanto hasta tener una compañía de 2.000 niños en cinco grandes casas. Desde el principio, George Muller tomó por principio dos cosas: (1) Nunca pediría ayuda a hombre alguno, sino solamente a su Dios; (2) Nunca comunicaría a una persona externa su actual situación financiera, independiente de lo grande que pudiesen ser sus necesidades.

Su intención no solamente era ayudar a los huérfanos, sino también fortalecer la fe de los hijos de Dios, y demostrar a los incrédulos que Dios también oye la oración hoy. La fe de George Muller fue recompensada. Pronto los dones comenzaron a fluir de manera que pudo construir una segunda y un año más tarde una tercera casa. Él nunca necesitó desviarse de sus principios, a pesar de que la demanda anual de dinero fuese de alrededor de 30.000.00 libras esterlinas. Dios, a quien comunicaba sus necesidades, nunca lo abandonó. Las experiencias de fe de George Muller durante 65 años, en los cuales se ha ocupado de esta obra, llenarían libros.

A quienes a menudo le preguntaban en cuanto a sus oraciones maravillosamente contestadas, Él les mostraba los cinco puntos de cómo aproximarse a Dios.

(1) Confianza plena en la obra y mediación del Señor Jesús como base de nuestro acercamiento a Dios.

(2) Separación de cualquier pecado consciente.

(3) Fe en la palabra de promesa de Dios

(4) Pedir conforme a Su voluntad, es decir, teniendo motivos espirituales, y no para nuestros propios placeres.

(5) Persistir y esperar en oración.

George Muller tenía una visión clara de la relación entre la oración y una vida de santidad y siempre se esforzaba de demostrar este importante principio tanto en palabra como de manera escrita.

Parece que George Muller hizo diversas visitas al continente y también a Alemania alrededor del año 1840. Más o menos en 1841, una señora alemana procedente del estado de Wurttemberg lo visitó. Él le dio los primeros dos volúmenes de su diario ya impreso en inglés. La lectura de éstas fue el impulso para su conversión y ella tuvo el deseo de traducirlos al alemán. En Stuttgart, ella encontró una pequeña congregación bautista, donde fue bautizada y recibida como miembro. En mayo de 1843, ella convidó a George Muller para realizar una visita a Stuttgart. Después que el Señor hubo resuelto también su lado financiero de ese viaje por medio de una generosa donación, George Muller y su esposa fueron a Alemania en el mes de agosto de 1843 donde permaneció hasta marzo del año siguiente. Inmediatamente recibió una oportunidad de parte de la congregación bautista de Stuttgart para predicar los domingos y todos los días de la semana. Su ministerio doctrinal no fue bien recibido por todos los miembros de la congregación. Cuando el día 3 de septiembre llegó nuevamente la ocasión para celebrar la Cena del Señor, un grupo liderado por el presbítero Schauffler Lehrälteste pensaba que George Muller no podía participar de la Cena, mientras otro grupo deseaba tener comunión con él. Aunque George Muller trataba sinceramente de evitar un cisma en la congregación debido a esta cuestión, pero una división fue inevitable. La noche de ese mismo día, 17 personas celebraron la Cena del Señor en una residencia particular, entre ellos dos hermanos suizos, de los cuales George Muller escribió que conocían el camino de la verdad por medio de nuestros hermanos John Nelson Darby. De este modo surgió, de esa división, en el sur de Alemania, un acercamiento a una condición de iglesia teniendo una base bíblica. George Muller justificaba la división diciendo que aquella congregación bautista seguía principios sectarios por ligar al bautismo el nuevo nacimiento y porque se les negaba la comunión a todos aquellos fieles habían recibido este «bautismo de fe»

George Muller se dedicó, entonces, completamente al servicio de este pequeño grupo. Fue difícil para ellos, acostumbrados como estaban al oficio de un predicador, someterse a la libre acción del Espíritu Santo, y usase a quien quisiera. Cada domingo se partía el pan. Al final de su permanecía allí, la congregación había crecido a 25 personas. En ese tiempo George Muller distribuía folletos y hablaba con las personas que encontraba. También completó y publicó una traducción de su biografía. En el año 1845, él visitó más de una vez la congregación en Stuttgart, ya que había oído que habían brotado falsas doctrinas entre ellos.

El trabajo en los orfanatorios estaba en constante progreso. En el año 1849, dejó cuatro casas anteriormente alquiladas y se mudó a una casa propia en Ashley Down. Durante ese tiempo, recibió a 275 niños. El día 12 de noviembre de 1857 abrió una segunda casa para más de 400 niños. Abrió una tercera casa el día 12 de marzo de 1862. Entonces en el horizonte de fe de George Muller ya se veían las casas 5 y 6, lo que se hizo realidad el 5 de noviembre de 1868 y la 6 en enero de 1870. Los orfanatos, ahora, ofrecían abrigo para 2.000 huérfanos y todos los ayudantes y profesores.

En Enero de 1866 falleció Henry Craik, el colaborador de George Muller durante 34 años. Entonces, el 6 de febrero de 1870, falleció también su amada esposa. Pero más o menos un año y medio después, su hija se casó con su colaborador James Wright, que también se convirtió en el sucesor de George Muller en el trabajo con los huérfanos. El propio George Muller un poco después, se casó por segunda vez, con Susanne Grace Sanger ya conocida por él durante 25 años como una mujer temerosa de Dios.George Muller entonces comenzó a viajar bastante. Sus viajes misioneros ocuparon su vida en los años 1875 a 1892. Estos los llevaron a Europa, Asia, América, África y Australia. Durante estos viajes tuvo oportunidad de presentar el evangelio simple y claro a muchas almas, a conducir a recién convertidos a la seguridad de la salvación e instruir en el uso correcto de las Sagradas Escrituras. También podía presentar a las almas el verdadero amor fraternal. Una verdadera fe y la esperanza en el regreso del Señor y la actual separación del mundo.

La fuerza de su vida estaba en su simple fe en Dios y Su palabra. Él amaba esa palabra, y le encantaba leerla no solo en ciertos momentos, sino en cualquier oportunidad que se le presentaba. Él siempre actuó en conformidad a ella siempre y lo hizo así a lo largo de su vida. Los fondos que llegaron como respuesta a sus oraciones a favor de la obra con los huérfanos, llegaron a sumar más de un millón de libras esterlinas. También recibió casi 400. 000.00 libras de donaciones para distribuir Biblias y folletos como para sustento de su obra misionera.

A menudo decía, «soy un hombre feliz». Él se consideraba un pecador merecedor del infierno, pero que llegó a conocer al Señor Jesús como «su Salvador digno de ser adorado.» El último domingo de su vida estuvo íntimamente ocupado con la alegría de verlo en Su belleza y adorarlo en perfección.
Temprano en la mañana del día 10 de marzo de 1898, George Muller fue repentinamente llamado al hogar eterno. El día anterior estuvo ocupado, y en la noche, como era su costumbre, estuvo en reunión de oración. Su muerte fue inesperada y sin dolor, como en un «instante».» Cuando se abrió su testamento, se verificó que toda su fortuna era de 60.00 libras, aparte de su apartamento.

Adoniram Judson

Adoniram Judson

Misionero, explorador espiritual de Birmania 1788-1850

El misionero, débil y enflaquecido por los sufrimientos y privaciones, fue conducido en compañía de los más empedernidos criminales, como ganado, a chicotazos y sobre la arena ardiente a la prisión. Su esposa logró entregarle una almohada para que pudiese dormir mejor sobre el duro suelo de la prisión. Sin embargo, él descansaba todavía mejor porque sabía que dentro de la almohada que tenía debajo de la cabeza, estaba escondida la preciosa porción de la Biblia que había traducido con grandes esfuerzos a la lengua del pueblo que lo perseguía.
(Sucedió que el carcelero le quitó la almohada para su propio uso! ¿Qué podía hacer el pobre misionero para recuperar su tesoro? Entonces su esposa preparó con grandes sacrificios una almohada mejor y consiguió cambiarla con la que tenía el carcelero. En esa forma la traducción de la Biblia fue conservada en la prisión durante casi dos años; la Biblia entera, después que él la completó, fue dada por primera vez a los millones de habitantes de Birmania.
En toda la historia, desde los tiempos de los apóstoles, son pocos los nombres que nos inspiran tanto a esforzarnos por la obra misionera, como los nombres de los esposos, Ana y Adoniram Judson. En cierta iglesia de Malden, suburbio de Boston, se encuentra una placa de mármol con la siguiente inscripción:
En memoria del Reverendo Adoniram Judson.
Nació el 9 de agosto de 1788.
Murió el 12 de abril de 1850.
Lugar de nacimiento: Malden.
Lugar de su sepultura: El mar.
Su obra: Los salvos de Birmania. y la Biblia birmana.
Su historial: En las alturas.
Adoniram fue un niño precoz: su madre le enseñó a leer un capítulo entero de la Biblia, antes de que él cumpliese cuatro años de edad.
Su padre le inculcó el deseo ardiente de tratar de alcanzar siempre la perfección en todo cuanto hacía, superando a cualquiera de sus compañeros. Esa fue la norma de toda su vida.
Los años que pasó estudiando fue la época en que el ateísmo, que se había originado en Francia, se infiltró en el país. El gozo que experimentaron sus padres cuando el hijo ganó el primer lugar de su clase, se transformó en tristeza cuando Adoniram les confesó que ya no creía más en la existencia de Dios. El recién graduado sabía enfrentar los argumentos de su padre, que era un pastor instruido y quien nunca había sufrido tales dudas. Sin embargo, las lágrimas y amonestaciones de su madre lo acompañaron
siempre, después que abandonó el hogar paterno.
No mucho después de “ganar el mundo”, se encontró, en casa de un tío suyo, con un joven predicador, quien conversó con él tan seriamente acerca de su alma, que Judson quedó muy impresionado. Viajó el día siguiente solo, montando a caballo. Al anochecer llegó a una villa donde pasó la noche en una pensión. En el cuarto contiguo al que él ocupaba, yacía un joven moribundo, y Judson no pudo conciliar el sueño durante toda la noche. ¿Sería el moribundo un creyente? ¿Estaría preparado para morir? Tal vez fuese un
“libre pensador”, ¡hijo de padres piadosos que oraban por él! Otra cosa que le perturbaba era el recuerdo de sus compañeros, los alumnos agnósticos del colegio de Providence. Cómo se avergonzaría si los antiguos colegas, especialmente el sagaz compadre, Ernesto, supiesen lo que él sentía ahora en su corazón. Cuando amaneció, le informaron que el joven había muerto. Respondiendo a su pregunta, le dijeron que
el fallecido era uno de los mejores alumnos del colegio de Providence, ¡y su nombre era Ernesto!
La noticia de la muerte de su compañero ateo dejó a Judson estupefacto. Sin darse cuenta de cómo, se encontró viajando de regreso a su casa. Desde entonces, todas sus dudas acerca de Dios y de la Biblia se desvanecieron. Constantemente resonaban en sus oídos las palabras: “¡Muerto! ¡Perdido! ¡Perdido!”
Poco tiempo después de ese acontecimiento, se dedicó solemnemente a Dios y comenzó a predicar. Que su consagración fue profunda y completa, quedó probado por la manera en que se aplicó a la obra de Dios.
En ese tiempo Judson escribió a su novia: “En todo lo que hago, me pregunto a mí mismo: ¿Agradará esto al Señor?… Hoy alcancé un mayor grado de gozo de Dios, pues he sentido una gran alegría ante su trono.”
Es así como Judson nos cuenta, en las siguientes palabras, el llamado que recibió para el servicio de misionero: “Fue cuando andaba en un lugar solitario en la floresta, meditando y orando sobre el asunto y casi resuelto a abandonar la idea, que me fue dada la orden: Ìd por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura’. Este asunto me fue presentado tan claramente y con tanta fuerza, que resolví obedecer, a pesar de los obstáculos que se me presentaron.”
Judson, y cuatro de sus colegas se reunieron bajo un montón de heno para orar, y allí solemnemente dedicaron su vida a Dios para llevar el evangelio “hasta lo último de la tierra”. No había ninguna junta de misiones que los enviara. Sin embargo, Dios bendijo la dedicación de los jóvenes, tocando el corazón de los creyentes para que proveyeran el dinero para tal empresa.
A Judson se le ofreció en ese mismo tiempo un puesto en el cuerpo docente de la universidad de Brown, invitación que él recusó. Después fue llamado a pastorear una de las mayores iglesias de América del Norte. También rechazó esa invitación. Fue grande el descontento del padre y el llanto de la madre y la hermana, al saber que Judson se había ofrecido para la obra de Dios en el extranjero, donde nunca antes había sido proclamado el evangelio.
La esposa de Judson demostró aún más heroísmo, porque era la primera mujer que salía de los Estados Unidos como misionera. A la edad de dieciséis años tuvo su primera experiencia religiosa. Era tan vanidosa, que las personas que la conocían, temían que el castigo repentino de Dios cayese sobre ella. Pero cierto domingo, mientras se preparaba para el culto, quedó profundamente impresionada por estas palabras: “Pero la
que se entrega a los placeres, viviendo está muerta.” Acerca de la transformación de su vida ella escribió más tarde lo siguiente: “Día tras día yo gozaba una dulce comunión con Dios bendito; en mi corazón sentía el amor que me unía a los creyentes de todas las denominaciones; encontré las Sagradas Escrituras dulce a mi paladar y sentí una sed tan grande de conocer las cosas religiosas, que frecuentemente me pasaba casi noches enteras leyendo.” Todo el ardor que había demostrado en la vida mundana, ahora lo sentía en la obra de Cristo. Por algunos años, antes de aceptar el llamado para ser misionera, trabajaba como profesora y se esforzaba por ganar a sus alumnos para Cristo.
Adoniram, después de despedirse de sus padres para emprender su viaje a la India, fue acompañado hasta Boston por su hermano Elnatán, un joven que no había sido salvo todavía. En el camino los dos se apearon de sus caballos, entraron al bosque y allí, de rodillas, Adoniram rogó a Dios que salvase a su hermano. Cuatro días después los dos se separaron para no volverse a encontrar nunca más en este mundo.
Sin embargo, algunos años después, Adoniram tuvo noticias de que su hermano también había recibido la herencia del reino de Dios.
Judson y su esposa se embarcaron con rumbo a la India en 1812, debiendo pasar casi cuatro meses a bordo del navío. Ese tiempo lo aprovecharon para estudiar y los dos llegaron a comprender entonces que el bautismo bíblico es por inmersión y no aspersión, como su denominación lo practicaba. Sin tomar en cuenta la oposición de sus conocidos, que eran muchos, y sin importarles su propio sustento, no vacilaron en informar sobre este hecho a aquellos que los habían enviado. Fueron bautizados en el puerto de desembarque, en Calcuta.
Poco después fueron expulsados de esa ciudad por causa de la situación política y fueron huyendo de país en país. Por fin, diecisiete largos meses después de haber partido de América, llegaron a Rangún, Birmania. Judson estaba casi exhausto por causa de los horrores que sufrió a bordo. Su esposa estaba tan cerca de la muerte que ya no podía caminar, por lo que tuvo que ser llevada a tierra en una camilla.
El imperio de la Birmania de aquella época era más bárbaro y de lengua y costumbres más extrañas que cualquier otro país que los Judson habían visitado. Al desembarcar, en respuesta a sus oraciones hechas durante las largas vigilias de la noche, los dos fueron sustentados por una fe invencible y por el amor divino que los llevaba a sacrificar todo para que la gloriosa luz del evangelio iluminase también las almas de los habitantes de ese país.
Ahora, un siglo después, podemos ver cómo el Maestro dirigía a sus siervos, cerrando las puertas durante el prolongado viaje para que no fuesen a los lugares que ellos esperaban y deseaban ir. Hoy se puede ver claramente que Rangún, el puerto principal de Birmania, era justamente el punto más estratégico para iniciar la ofensiva de la Iglesia de Cristo contra el paganismo en el continente asiático.
Para estudiar el difícil idioma de Birmania fue necesario que ellos preparasen su propio diccionario y gramática. Transcurrieron cinco años y medio antes que ellos llevaran a cabo el primer culto para el pueblo nativo. Ese mismo año bautizaron al primer convertido, a pesar de tener conocimiento de la orden del rey de que nadie podía cambiar de creencia, so pena de ser condenado a muerte.
Al salir de su tierra para ser misionero, Judson llevaba consigo una considerable suma de dinero, una parte de la cual él la había ganado en su empleo y otra parte correspondía a contribuciones ofrecidas por sus parientes y amigos. No solamente puso todo eso a los pies de aquellos que dirigían la obra misionera, sino también cinco mil doscientas rupias que el Gobernador General de la India le pagó por sus servicios prestados
en ocasión del armisticio de Yandabo.
Rehusó el empleo de intérprete del gobierno, que representaba un salario elevado, prefiriendo ir a sufrir las mayores privaciones y oprobios, para ganar las almas de los pobres birmanos para Cristo.
Durante once meses, estuvo en cadenas preso en Ava, que en aquel tiempo era la capital de Birmania. Pasó algunos días en compañía de otros sesenta sentenciados a muerte como él, encerrado en un edificio sin ventanas, obscuro y donde hacía mucho calor, sin ventilación e inmundo en extremo. Pasaba el día con los pies y las manos en el cepo. Para pasar la noche, el carcelero le pasaba una caña de bambú entre los pies encadenados, juntándolo con otros prisioneros y, por medio de cuerdas, los levantaba hasta que
apenas los hombros descansaban en el suelo. Además de ese sufrimiento, tenía que oír constantemente los gemidos mezclados con las torpes imprecaciones de los más endurecidos criminales de Birmania. Al ver a los otros prisioneros que eran arrastrados afuera para morir a manos del verdugo, Judson solía decir: “Cada día muero.” Las cinco cadenas de hierro pesaban tanto, que llevó las marcas de los grilletes en su
cuerpo hasta la muerte. Seguramente que él no habría resistido si su fiel esposa no hubiese conseguido permiso del carcelero para, en la obscuridad de la noche, llevarle comida y consolarlo con palabras de esperanza.
Un día, sin embargo, ella no apareció; su ausencia se prolongó durante veinte largos días. Al reaparecer, traía en los brazos una criaturita recién nacida.
Judson, cuando salió libre, se apresuró todo lo que pudo para llegar a casa, pero tenía las piernas estropeadas por el largo tiempo que había pasado en la cárcel. Hacía muchos días que no recibía noticias de su querida Ana! ¿Vivía ella todavía? Por fin la encontró, aún con vida, pero con fiebre y próxima a morir.
En esa ocasión ella se recuperó, pero antes de completar 14 años en Birmania, falleció. Conmueve el alma leer la dedicación que Ana de Judson tuvo a su marido, así como la parte que desempeñó en la obra de Dios y en su hogar hasta el día de su muerte.
Algunos meses después de la muerte de la esposa de Judson, su hija también murió. Durante los seis largos años siguientes trabajó solo. Luego se casó con la viuda de otro misionero. La nueva esposa que gozaba los frutos de los incesantes esfuerzos que habían realizado en Birmania, se mostró tan solícita y cariñosa como Ana.
Judson perseveró durante veinte años para completar la mayor contribución que se podía hacer a Birmania: la traducción de la Biblia entera a la propia lengua del pueblo.
Después de trabajar con tesón en el campo extranjero durante treinta y dos años, para salvar la vida de su esposa, embarcó con ella y tres de los hijos, de regreso a América, su tierra natal. No obstante, en vez de mejorar de la enfermedad que sufría, como se esperaba, ella murió durante el viaje, y fue enterrada en Santa Helena, donde el navío aportó. ¿Quién podría describir lo que Judson sintió al desembarcar en los
Estados Unidos, cuarenta y cinco días después de la muerte de su querida esposa?
Judson que durante tantos años había estado ausente de su tierra, se sentía ahora desconcertado por el recibimiento que le daban en las ciudades de su país. Se sorprendió, después de desembarcar, al verificar que todas las casas se abrían para recibirlo. Su nombre era conocido por todos. Grandes multitudes afluían para
oírlo predicar. Sin embargo, después de haber pasado treinta y dos años en Birmania, ausente de su país, naturalmente, se sintió extranjero en su tierra natal y no quería levantarse delante del público para hablar en la lengua materna. Además, sufría de los pulmones y era necesario que otro repitiese al auditorio lo que él apenas podía decir balbuceando.
Se cuenta que cierto día en un tren, entró un vendedor de periódicos. Judson aceptó uno y distraído comenzó a leerlo; el pasajero que estaba a su lado le llamó la atención diciéndole que el muchacho aún estaba esperando que le pagase los 5 centavos que costaba el periódico. Mirando al vendedor, le pidió disculpas diciéndole que había creído que el periódico lo ofrecían gratis, pues él se había acostumbrado a distribuir
mucha literatura en Birmania, durante muchos años, sin cobrar un centavo.
Apenas había pasado ocho meses entre sus compatriotas cuando se casó de nuevo, y embarcó por segunda vez para Birmania. continuó su obra en aquel país, incansablemente, hasta alcanzar la edad de sesenta y un años. Judson recibió el llamado para estar con su Maestro mientras viajaba lejos de la familia. Conforme a
su deseo, fue sepultado en alta mar.
Adoniram Judson acostumbraba pasar mucho tiempo orando de madrugada y de noche. Se dice que él gozaba de la más íntima comunión con Dios cuando caminaba apresuradamente. Sus hijos, al oír sus pasos firmes y resueltos dentro del cuarto, sabían que su padre estaba elevando sus plegarias al trono de la gracia. Su
consejo era: “Planifica tus asuntos, si te es posible, de manera que puedas pasar de dos a tres horas, todos los días, no solamente adorando a Dios, sino orando en secreto.”
Su esposa cuenta que, durante su última enfermedad, antes de fallecer, ella le leyó la noticia de cierto periódico, referente a la conversión de algunos judíos en la Palestina, justamente donde Judson había querido ir a trabajar antes de ir a Birmania. Esos judíos, después de leer la historia de los sufrimientos de Judson en la prisión de Ava, se sintieron inspirados a pedir también un misionero, y así fue como se inició una gran
obra entre ellos.
Al oír eso, los ojos de Judson se llenaron de lágrimas. Con el semblante solemne y la gloria de los cielos estampada en el rostro, tomó la mano de su esposa y le dijo: “Querida, esto me espanta. No lo comprendo. Me refiero a la noticia que leíste. Nunca oré sinceramente por algo y que no lo recibiese, pues aunque
tarde, siempre lo recibí, de alguna manera, tal vez en la forma menos esperada, pero siempre llegó a mí.
Sin embargo, respecto a este asunto ¡yo tenía tan poca fe! Que Dios me perdone y si en su gracia me quiere usar como su instrumento, que limpie toda la incredulidad de mi corazón.”
En esta historia se nota otro hecho glorioso: Dios no solamente concede frutos por los esfuerzos de sus siervos, sino también por sus sufrimientos. Por muchos años, hasta poco antes de su muerte, Judson consideró los largos meses de horrores de la prisión en Ava enteramente perdidos para la obra misionera.
Al comienzo de su trabajo en Birmania, Judson concibió la idea de evangelizar por último a todo el país.
Su mayor esperanza era ver durante su vida, una iglesia de cien birmanos salvos y la Biblia impresa en la lengua de ese país. Sin embargo, en el año de su muerte había sesenta y tres iglesias y más de siete mil bautizados, los cuales eran dirigidos por un número total de 163 misioneros, pastores y auxiliares. Las horas que pasó diariamente suplicando a Dios, que da más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
no fueron perdidas.
Durante los últimos días de su vida se refirió muchas veces al amor de Cristo. Con los ojos iluminados y las lágrimas corriéndole por el rostro, exclamaba: “¡Oh, el amor de Cristo! ¡El maravilloso amor de Cristo, la bendita obra del amor de Cristo!” En cierta ocasión él dijo: “Tuve tales visiones del amor condescendiente de Cristo y de las glorias de los cielos, como pocas veces, creo, son concedidas a los hombres. ¡Oh, el amor
de Cristo! Es el misterio de la inspiración de la vida y la fuente de la felicidad en los cielos. ¡Oh, el amor de Jesús! ¡No lo podemos comprender ahora, pero qué magnífica experiencia será para toda la eternidad!”
Hemos añadido aquí el último párrafo de la biografía de Adoniram Judson escrita por uno de sus hijos.
¿Quién puede leerlo sin sentir que el Espíritu Santo lo anima a tomar parte activa en llevar el evangelio a uno de los muchos lugares que aún no lo tienen?
Se dice que el corazón del héroe escocés Bruce fue embalsamado después de su muerte y guardado en un cofrecito de plata. Cuando sus descendientes estaban luchando en una batalla que parecía perdida, el general lanzó ese corazón entre el ejército enemigo. Al ver esto, las tropas escocesas lucharon reñida e invenciblemente a fin de recobrar la reliquia. Ciertamente el cristianismo nunca se retirará de las tumbas de sus muertos en los países paganos. Hasta aquel día en que toda rodilla se doblará ante el Señor Jesús, los
corazones creyentes serán inducidos a realizar los mayores esfuerzos por el recuerdo de Ana Judson, enterrada debajo del hopiaá (un árbol) en Birmania; de Sara Judson, cuyo cuerpo descansa en la isla pedregosa de Santa Helena, y de Adoniram Judson, sepultado en las aguas del océano Indico.

Tomado del libro: Biografias de Grandes Cristianos